“La doncella manca” … al leer estas palabras viene a nuestra mente una imagen contundente: la de una joven que no tiene manos.

¿Por qué o cómo sucedió esto a la joven?  La historia nos lo cuenta.

En los cuentos y en los sueños aparecen personajes, ancianos, mujeres, hombres, niños, enanos, ogros, ancianas, brujas, árboles, plantas y animales. Cada uno de estos elementos nos habla de un aspecto de nosotros y nosotras mismas. La lectura simbólica de una historia, materia central en StoryTailors, parte de allí, de ese regalo que Carl Gustav Jung, Marie Louise von Franz y quienes han tomado el relevo de su obra hicieron y siguen haciendo para ayudar a darnos un significado profundo a nuestra vida.

La ausencia de esta conversación interior y profunda está causando destrozos en el mundo, a nivel psíquico individual y colectivo, pues todo lo que no queremos ver hacia adentro lo proyectamos afuera y lo convertimos en nuestro enemigo, en nuestro chivo expiatorio.

Sucede a menudo, cuando cuento una historia, que nos indignamos frente a las acciones de los personajes y lanzamos hacia ellos un juicio contumaz. En esta historia, por ejemplo, es el padre quien corta las manos de su hija, entonces lanzamos un “¡PERO CÓMO SE LE OCURRE!”, y la cuestión es que se nos ocurre cada rato.

Con cada acción con la que menospreciamos aquello que creamos o que somos, un dibujo, una sopa, el cuerpo que vemos en el espejo cada mañana, nuestro rostro, estamos invitando a este personaje a nuestro presente, estamos cortando el amor propio, ese que nos permite generar, crear.

En el cuento la doncella representa esa energía femenina que nos puebla, una energía creativa que necesita reconciliarse con una energía masculina que también tiene que madurar para que, en conjunto, reestablezcan un equilibrio necesario para la vida.

¿Qué quiere decir que lo femenino en cada uno y en cada una de nosotras no tenga manos, de qué pérdida estamos hablando?

Muchas historias nos advierten de todo aquello que ha perdido lo femenino en esta larga era patriarcal: la voz, en “Las voces de los pozos”, el nombre propio en “La cenicienta”, el sentido del nuestro valor y cuido en “Rosa roja y Rosa blanca”, la lista de estas pérdidas es larga y dolorosa, pero para darnos cuenta y darnos la posibilidad de rehacernos, de crecernos unas manos nuevas, de recuperar nuestro nombre y nuestro valor, la psique ha sido generosa y nos ha regalado sueños y relatos.

En cada historia vamos recogiendo, comprendiendo, abrazando, lugares de nosotros mismos y nosotras mismas que no sabíamos perdidos u olvidados, vamos poniéndolos en su lugar como quien restaura una casa y le da todo su amor y cuido.

La doncella manca comienza con una familia que ha perdido todo y el padre intenta recoger algunas ramas para hacer un fuego en casa. Ya han agotado todos los muebles de madera que tenían para poder calentarse durante el invierno, la casa está vacía, fría.

¿No sentimos a veces así nuestra vida? ¿Vacía, fría y con una gran dificultad de calentarla con el fuego de nuestra creatividad? ¿Cómo hemos llegado hasta allí?

Hoy en día es alarmante cómo el mal uso de la tecnología está robando el fuego creativo, no solo de las infancias sino de adolescentes y adultos, incluso de abuelos y abuelas. Encontrarnos sin una pantalla delante de nuestros ojos produce toda suerte de malestares del alma, una sed insoportable de imágenes y sonidos que creemos que solo los provee el afuera.

Llevamos un descuido absoluto de nuestro interior mientras hacemos un viaje en metro o en un bus. Mientras las plantas y los árboles crecen afuera y los pájaros vuelan entre edificios, nuestros ojos fijan su mirada en pantallas con horizontes minúsculos e interrumpidos, voces, músicas y colores que cambian con la velocidad de un suspiro.

Tenemos nuestra mirada baja, intentando recoger ramas minúsculas para hacer un fuego que nunca llegará a calentar, porque como nos lo dice la historia, el rey, nuestra fuerza gobernante, distraído en la escasez de su alma, hace un negocio terrible con una presencia terrible del bosque a cambio de una mansión bien amueblada y riquezas espurias.

Continuar o comenzar a encontrarnos en una historia es un regalo para nuestra vida, es una manera poderosa de comprender con profundidad qué es lo que sucede a nuestro alrededor y también qué sucede en nuestro interior.

La doncella manca es un llamado a levantar nuestra mirada y traer de vuelta el poder de nuestras manos, ese fuego creativo que ilumina y permite ver otros caminos. Te invito a explorar esta historia.

Para viajar en La doncella manca nos veremos durante los cuatro jueves de noviembre 6, 13, 20 y 27  de 5-8pm hora Madrid via zoom.

¡Te espero en noviembre!

Un abrazo, 

 

Doris